El Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales, Clima 21, registró 25 derrames o fugas en cinco estados del país entre los meses de julio a septiembre de 2024, un número superior a lo reportado en los trimestres anteriores.
El informe de Clima 21 reseñó que solo en el mes de julio ocurrieron 4 derrames, 14 en agosto y 7 en septiembre. Según la organización, 11 de estos se generaron en el estado Zulia, 10 en Falcón, 2 en Anzoátegui y Carabobo y Monagas con un incidente cada uno.
Destaca el informe que la cifra de derrames petroleros “parecen ser eventos continuos” con incidencias en los mismos lugares reportados anteriormente.
Derrames sin atención
El derrame más destacado ocurrió en la Refinería El Palito, que liberó contaminantes durante 90 días, afectando las aguas y costas de Carabobo, Falcón y Aragua, y poniendo en riesgo áreas protegidas.
Clima 21 destacó el hecho de que, a pesar de su enorme importancia y potencial de daño, no pudo observarse la realización de acciones efectivas para controlar y mitigar los efectos del derrame.
Por el contrario, durante dicho período parece haberse acentuado la opacidad gubernamental con respecto a este tipo de eventos ya que muy raramente se pudo encontrar declaraciones o cualquier información proveniente de autoridades competentes con respecto al derrame, sus características, impacto y las acciones de contingencia que pudieran estarse realizando.
“El gobierno venezolano sigue incumpliendo con su obligación de adoptar medidas adecuadas para garantizar una mejora continua y sostenida de su desempeño operativo poniendo en grave peligro los derechos humanos de los ciudadanos en todas las zonas afectadas”, se lee en el informe.
Tanto en el Lago de Maracaibo como en el Golfete de Coro es recurrente la observación de fugas de hidrocarburos, algunas de estas han durado más de 3 meses. En el último de los casos están referidas a fugas continuas que parecen estar ocurriendo en el oleoducto submarino de Paraguaná.
Un caso particular es el derrame en Golfo Triste, que comenzó alrededor del 13 de agosto, afectando un área considerable y amenazando ecosistemas vulnerables sin que PDVSA emitiera comunicados oficiales. La extensión del derrame se estimó entre 225 y 593 km², impactando zonas de gran importancia ambiental.
Vida marina en riesgo
A pesar de la detección de peces muertos y la contaminación de arrecifes, la respuesta del gobierno fue considerada inadecuada, y denuncian que incumple con normas y acuerdos internacionales. Las comunidades afectadas no han recibido compensación ni ayuda para reparar los daños ambientales.
Según pobladores locales, se observaron cardúmenes de peces muertos en Boca de Aroa y una tortuga muerta en Tucacas, hechos que se presumen que pudieran ser consecuencia del derrame, pero no es posible corroborar esta información.
Clima 21 reportó que se observó la presencia de hidrocarburo en el arrecife coralino de Cayo Sur del Refugio de Fauna Silvestre Cuare. En esa zona se encuentran una gran diversidad de especies de invertebrados y otros organismos de gran importancia.
Los pescadores también padecen
El informe del observatorio indicó que diversas comunidades en el Zulia, Falcón y Aragua denunciaron haber sido afectados por los derrames ocurridos, tanto en este período como por la acumulación de daños a lo largo del tiempo.
Los principales daños reportados fueron la destrucción o deterioro de sus embarcaciones y enseres de pesca y la disminución de la producción de pesca. Otros rubros afectados son las actividades turísticas y la producción de granjas camaroneras localizadas en el estado Zulia.
El informe concluye que “el gobierno venezolano sigue incumpliendo con su obligación de adoptar medidas adecuadas para garantizar una mejora continua y sostenida de su desempeño operativo poniendo en grave peligro los derechos humanos de los ciudadanos en todas las zonas afectadas”.
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