Los colectivos chavistas vuelven a atacar en Maracaibo, está vez fue contra un padre de familia trabajador, se trata de José Uzcategui, un ciudadano de 54 años de edad que en el pasado reciente, el 21 de noviembre del 2.021 ya había sido amenazado en un centro de votación en la parroquia Manuel Dagnino en el desarrollo de las elecciones regionales cuando ocurría la irrupción de estas bandas motorizadas en el lugar para amedrentar a los votantes Uzcategui les hizo un llamado a la calma y la cordura para lo cual como respuesta recibió agresiones verbales y amenazas.
Jose Uzcategui denuncia que a partir de allí había recibido amenazas de muerte por parte de los denominados Banda los Tupamaros por diferentes vías, con pintas en las paredes del edificio donde habita ubicado en el barrio La Misión, urbanización Villa Metro Guayabal en el sector Sabaneta de la Parroquia Manuel Dagnino de Maracaibo, dichas pintas y graffitis decían: «vamos por ti Uzcategui traidor a la patria» y » viene un baño de tu sangre desgraciado sapo traidor»
Estás amenazas se hicieron realidad la noche del 8 de enero del presente año, a pocas semanas de las pasadas elecciones regionales, cuando de manera sorpresiva se presentan en el edificio donde reside José Uzcategui con su esposa e hijos una banda de sujetos con armas de fuego montados en motocicletas con la cara tapada con capuchas y banderas de Movimiento Tupamaros buscando a Uzcategui para matarlo, haciendo detonaciones al aire para asustar a los vecinos, suben hasta el apartamento de su objetivo, rompen su puerta ingresando al inmueble lo localizan y comienzan a golpearlo delante de su esposa e hijos llenando de terror el humilde hogar de sus víctimas, al grito «te vamos a matar por ser un sapo traidor».
Ante el escándalo suscitado los vecinos de Uzcategui hacen acto de presencia y amenazan a los delincuentes con llamar a la policía y les advierten que tienen grabaciones y fotos de su presencia violenta en el edificio por lo que debían retirarse de inmediato del lugar y dejar en paz a la familia llena de terror, a lo que los malandros responden que se van pero que Uzcategui no se les salvaría «que en la calle lo matarían como un perro» y se retiran rápidamente.
Por último José Uzcategui utiliza este medio para pedir protección a las autoridades, le exige al gobierno que capture a ésos delincuentes que son un arma política, que se siente aterrorizado tanto él como su familia, que no sale a trabajar como todos los días por temor a ser asesinado, que ya ha puesto la denuncia y no hay respuesta, que esos colectivos armados lo han tomado como enemigo y se siente un objetivo militar para ser sacado de circulación y también le pide a los organismos internacionales defensores de los derechos humanos que intervengan para proteger a toda su familia antes de que ocurra una tragedia en su contra ya que siente acosado y perseguido por razones políticas.