No cada día se tiene la oportunidad de visitar a todo un gigante, una firma que vendió el pasado 2023 nada menos que 16 millones y medio de scooters eléctricos.
En el tour que hemos realizado por tres de las seis factorías que Yadea tiene en China, en un bucle de 1.300 km que comienza y acaba en Shanghai, hemos pasado por Wuxi, Nankin, Jinzhai y Hangzhou.
La primera escala fue Wuxi, sede central de la marca y cerebro de todo el complejo de Yadea Global, que data de 2012, con un área de 130.000 m2, tres fábricas y 14 líneas de producción. Casi nada…
Esta es la cede central, la fábrica de Wuxi, primera parada en la visita.
Además, aquí se localiza el laboratorio de investigación y desarrollo tecnológico, el primer laboratorio empresarial en obtener la certificación CNAS.
En sus 6.600 m2 se ubican 51 laboratorios para medio ambiente, electrónica, mecánica, óptica, durabilidad y test del vehículo completo.
Este es uno de los laboratorios de pruebas de durabilidad de chasis de Wuxi.
Se dispone de más de 260 equipos para realizar 220 pruebas a componentes y 41 pruebas a vehículos completos. Aquí se realizan test no solo a productos Yadea, sino también de otras marcas gracias a su certificación.
En nuestra visita pudimos acceder al laboratorio de pruebas de durabilidad y rendimiento del chasis, así como al laboratorio ambiental, donde se realizan pruebas de resistencia a las temperaturas, radiaciones de rayos UV y test de envejecimiento, corrosión y oxidación, entre otros.
Una de las 15 líneas de montaje de Jinzhai, de las que salen entre 1.500 y 2.000 scooters al día.
La siguiente fábrica que pudimos visitar en nuestro periplo fue la gigantesca planta de Jinzhai, con una superficie equivalente a 200 campos de fútbol. ¡Impresionante!
Un océano de scooters… ¡Y es la fabricación de un día!
Inaugurada en 2020, su construcción se lleva a cabo en tres fases. Actualmente se está levantando la segunda fase que estará operativa a finales de este año 2024, y el próximo año comenzarán las obras de la tercera fase.
La superficie de 200 campos de fútbol será efectiva en cuanto esté en marcha la tercera y última fase del proyecto.
Momento del grabado por láser del número de chasis.
Si contamos que con solo la primera fase en activo ya se alcanzaron en 2023 los 10 millones de unidades producidas, es de esperar que esta cifra se triplique cuando se completen la 1ª y 3ª parte de Jinzhai.
En la primera fase actual trabajan 2.000 empleados, dispone de 15 líneas de montaje de 128 metros de largo, de la que sale un scooter completo cada 45 segundos. Un scooter completo se ensambla en media hora, desde que el chasis se coloca en la línea de montaje hasta que sale completo al final.
Cada 45 segundos sale un scooter de la línea de producción.
Como en la mayoría de fábricas, en la factoría de Jinzhai se dispone de varias zonas con diferentes cometidos: de recepción de materias primas y componentes, de inyección de plástico, de soldadura con robots, de producción, de pre-almacenaje, almacenaje y distribución.
Todo lo que se fabrica aquí significa cifras gigantescas. Cada turno de 8 horas fabrica cerca de 2.000 packs de unidades al día en las 24 máquinas de inyección de las que dispone, a partir de pellets de ABS y PPS.
Sí, dentro de la fábrica hay un campo de fútbol para los trabajadores…
En todo mayo de 2024 se inyectaron más de 290.000 paquetes de piezas. Pero aquí solo se inyectan piezas plásticas clave: las genéricas vienen de un proveedor externo.
Cada una de las 15 cadenas de montaje ensambla entre 1.000 y 1.500 unidades en cada turno de 8 horas, lo que significa que al final de mes de cierra con 10 millones de scooters y tres ruedas eléctricas producidos.
Aquí también fabrican triciclos industriales o destinados al ocio. Esta es la zona de comprobación final del montaje.
Pero si la producción ya es de por sí una locura, lo logística no se queda atrás. Y es que cada día deben distribuirse y «embarcarse» en camiones 20.000 scooters eléctricos, para lo que son necesarios 400 camiones.
Y aunque hay 2.000 empleados, para las funciones de soldadura y pintado se necesita un ejército de robots, gracias a los cuales estos dos procesos están prácticamente automatizados.
Pasando por la zona de inyección de plástico.
Evidentemente, además hay salas de descanso para los trabajadores, la cantina-comedor, donde pudimos disfrutar del mismo menú que los empleados de la instalación.
Y los transportistas de los camiones también tienen su espacio para descansar, comer, ducharse o incluso lavar su ropa en la lavandería. Un aliciente extra que atrae a los transportistas -son particulares independientes-.
Este es el plano de la fábrica. En rojo la zona que actualmente funciona, en azul la fase 2 y en amarillo la fase 3, que estará lista a finales de 2025.
Tras la visita desaparece por completo la visión sesgada que tenemos de las fábricas de China, el estereotipo de lugares sucios y desorganizados, con trabajadores hacinados y una producción caótica. ¡Para nada!
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En Yadea tienen un nivel tan alto que no solo iguala a fábricas europeas, sino que incluso las supera. El orden, la organización, la pulcritud, el respeto al trabajador no van reñidos con una capacidad de producción inmensa, y a precios competitivos. Y hablando de salarios el trabajador de la línea cobra unos 12.000 euros anuales, un sueldo muy alto para la región de Hangzhou.
Un momento de la visita en el comienzo de una de las líneas de montaje.
Viendo la factoría de Yadea en Jinzhai puede comprenderse la dimensión de todo un gigante que el pasado 2023 fabricó nada menos que 16,5 millones de scooters eléctricos, y que, con las futuras ampliaciones e inauguraciones de nuevas fábricas, tiene previsto alcanzar los 25 millones de unidades producidas en 2030.
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