El panorama para las mujeres migrantes en América Latina en 2025 se presenta como un escenario complejo y desafiante, marcado por el posible aumento de deportaciones y el retroceso en los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, alertaron expertos durante un foro organizado por el Centro de Justicia y Paz (Cepaz).
Las múltiples violencias y retos a los que se ven sometidas las mujeres migrantes durante el proceso migratorio fueron el foco principal del evento virtual “Mujeres migrantes: retos y caminos hacia el futuro”, que estuvo moderado por la abogada Bárbara Puglisi (Cepaz), bajo la participación de Daniela Montes Arenas (Amamigrar – España), Holly Welcome Radice (Calp Network – EE.UU.) y Gerardo Carballo, consultor especialista en migración y desplazamiento.
Escenario desalentador para las migrantes
El especialista en migración y desplazamiento aseguró que existe un escenario “desalentador” para 2025 debido al incremento en las deportaciones tras el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, lo que expone a las mujeres migrantes a mayores riesgos de violencia de género.
“El panorama no es más alentador, es muy probable que haya deportaciones masivas (…) hay un retroceso significativo en cuanto a los derechos sexuales y reproductivos, que también va a impactar negativamente en la situación”, agregó durante su ponencia.
Carballo advirtió sobre el “retroceso significativo” en relación con los derechos de las mujeres migrantes, especialmente en lo que respecta al acceso a asistencia humanitaria y a servicios con enfoque de género. Esta situación se atribuye, en gran medida, a las políticas migratorias restrictivas en varios países de la región.
Los expertos también denunciaron que las principales vulneraciones contra las mujeres, niñas y adolescentes son: la violencia de género y sexual, violencia obstétrica, barreras lingüísticas y culturales, falta de redes de apoyo, así como pobreza y falta de oportunidades económicas.
Mujeres jóvenes en tránsito enfrentan mayor riesgo
Las mujeres migrantes que se encuentran en tránsito, de nacionalidades como venezolana, colombiana, haitiana, cubana y hondureña son continuamente “hipersexualizadas” y están sujetas a extorsiones sexuales, tráfico de personas o forzadas al intercambio de sexo como mecanismo de supervivencia, lamentó Carballo.
Además, recordó que, según registro de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), las mujeres jóvenes entre 15 y 39 años enfrentan mayores riesgos cuando viajan solas, al igual que las mujeres trans.
Otro de los datos alarmantes es que 4 de cada 10 mujeres que cruzaron la selva del Darién sufrieron violencia durante su tránsito, mientras que 7 de cada 10 migrantes que solicitan asilo en México son víctimas de violencia de género.
Duelo migratorio, un dolor silencioso
Aunado a los desafíos de género y la violencia de género, a las mujeres que emprenden la búsqueda de un mejor futuro lejos de su país de origen sufren un dolor silencioso denominado duelo migratorio, manifestó Daniela Montes Arenas, trabajadora social y creadora de la red de apoyo Amamigrar.
“El duelo se mantienen en estado inactivo durante toda la vida migratoria de la persona”, explicó Montes, al mencionar que proceso complejo que se manifiesta de diversas maneras en cada individuo, y se puede generar por pérdidas significativas, vínculos y apego con familiares, amistades y el país de origen.
Durante su intervención, Montes también mencionó que, a menudo, el duelo migratorio se ve exacerbado por la lucha constante contra la discriminación, la xenofobia, el racismo y los prejuicios, sumado a los riesgos que suponen los viajes de tránsito peligroso y el temor a expulsión de los países a los que emigran.
Para la experta, los aspectos que dificultan la integración de la persona migrante se traducen en: miedo a la pérdida de identidad, sentimiento de culpabilidad y sensación de perder libertad.
Lo anterior produce consecuencias como la fatiga, estrés, sentimiento de soledad, obesidad, ansiedad, angustia y riesgo de crisis de pánico en las relaciones interpersonales, así como sentimiento de rencor, agresividad y frustración.
Por su parte, Holly Welcome Radice, miembro de la ONG, Calp Network, ofreció información sobre los programas de transferencias monetarias (PTM), un tipo de ayuda humanitaria en la que se entrega dinero en efectivo o cupones a las personas afectadas por una crisis.
“A diferencia de la ayuda material, como son los alimentos o mantas, este tipo de asistencia permite a las personas comprar sus propios bienes y servicios, en función de sus necesidades y preferencias”, dijo, al mencionar que para las personas migrantes con estatus irregular es más complejo recibir este beneficio.
Recomendaciones
Finalmente, los expertos compartieron tres recomendaciones claves:
A. Vincular los programas de transferencias monetarias con programas de prevención y respuesta a la violencia de género para promover que las mujeres sean menos vulnerables a la explotación laboral y a los mecanismos negativos de afrontamiento.
B. Fortalecer la mitigación de riesgos de violencia basada en género en los albergues desde la etapa de planeación de la infraestructura hasta en su gestión, a partir de estándares internacionales en la materia.
C. Desarrollar protocolos transfronterizos de atención de la violencia de género que incluya la provisión de servicios multisectoriales acorde a las necesidades de las mujeres sobrevivientes.
Para ampliar la información sobre retos, experiencias y oportunidades en torno a la migración, ingresa al siguiente podcast: Podcast Raíces episodio 1: Duelo migratorio
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