La salud mental es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “un derecho humano fundamental y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico”. Sin embargo; en Venezuela, este derecho es vulnerado cuando aumenta la demanda de atención psiquiátrica pero disminuye el acceso al servicio.
En los últimos años, la situación en el país con el tema de la salud mental ya era bastante “compleja” principalmente por la invisibilidad del problema, la falta de políticas públicas efectivas y la emergencia humanitaria compleja, producto de una severa crisis económica, política y social que se magnificó con la llegada del COVID-19.
En rueda de prensa, el psiquiatra y director del centro de salud Somos Humana, Pedro Delgado informó que durante la pandemia creció en 35% la demanda de servicios de salud mental. El experto explicó que en el caso de Venezuela se presenta una ecuación difícil de resolver.
“Por un lado ha disminuido la oferta de servicios de psiquiatría tanto privados como públicos por la diáspora de profesionales en psicología y psiquiatría, aunado a eso, el deterioro de los centros de salud manejados por el Estado que muchos han terminado cerrado total o parcialmente como es el caso del hospital El Peñón en Caracas”, dijo.
Delgado puntualizó que en años anteriores en el país existían alrededor de 1600 psiquiatras, pero que hoy en día no llegan ni a 600, por lo que insistió que es necesario volver a aquella época en la que se podía cubrir la demanda pública y privada sin problemas.
Difícil acceso a la salud mental
Según datos de una investigación realizada en 2019 en donde participó el psiquiatra Pedro Delgado, el tiempo que tardan las instituciones públicas en dar una cita a una persona que presente algún problema de salud mental es “muy largo”, lo que deriva en que “la gente se cansa de esperar”.
“Entre el momento que el paciente pide la consulta, sobre todo cuando son consultas de emergencia y el momento en que se les da la consulta es una gran variabilidad pero en términos generales son tiempos más o menos prolongados por la poca disponibilidad de camas, además de las constantes fallas en los servicios públicos como agua y electricidad que dificultan la hospitalización”, explicó.
Delgado señaló que con el tema de la salud mental “estamos ante un cuadro de una demanda crecida y una oferta disminuida lo cual deja un vacío importante en el área”, pues el alto costo de los servicios en establecimientos privados se vuelven “inaccesibles” para la mayoría de la población.
Entre los problemas más comunes de salud mental que presentan los venezolanos, el psiquiatra señaló la depresión, trastornos de ansiedad, estrés postraumático, drogadicción, alcoholismo prematuro, trastornos de conducta y por déficit de atención.
En el caso de que una persona de bajos recursos necesite atención psiquiátrica de emergencia en Caracas, Pedro Delgado indicó que pueden dirigirse al Hospital Psiquiátrico de Caracas, o al Hospital Universitario, pero en este último solo brindan atención ambulatoria porque no cuentan con el servicio de hospitalización.
A juicio de Delgado, el panorama de la salud mental del venezolano es “malo” porque “los pacientes que sufren de enfermedades psiquiátricas importantes, como el trastorno bipolar o la esquizofrenia se deterioran si no son bien atendidos, lo que implica una sobrecarga para la familia y para la sociedad, lo que constituye un problema”.
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