Mujeres de diferentes organizaciones alzaron su voz en contra de la violencia de género. / Diego Casanova
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, mujeres de diversas organizaciones, colectivos y comités se congregaron en la Sala de Conciertos de la Universidad Central de Venezuela para abordar los distintos tipos de violencia y las luchas que enfrentan.
El panel inició con las mujeres que son parte del Comité de Familiares para la Libertad de los Presos Políticos. “Estas mujeres que están dando la vida misma”, así fueron presentadas: Sol Ocariz, Yuli Roso y Melania Leal.
Yuli Roso se pronunció sobre la situación de su padre, Aldo Roso, dirigente de Voluntad Popular en la parroquia El Valle, quien se encuentra detenido desde el 4 de julio, antes de las elecciones presidenciales. Aldo fue arrestado mientras coordinaba una unidad de transporte para una concentración en apoyo a la oposición venezolana.
La hija del dirigente político explicó que su padre no se resistió en ningún momento y lo están acusando sin argumentos de terrorismo y asociación para delinquir. Además, su caso fue llevado a juicio porque lo inculparon, junto a Ricardo Albacete, de querer sabotear el sistema eléctrico en las elecciones del 28 de julio.
“Como hija me siento muy afectada psicológicamente. Estamos al frente de esta lucha y nuestra voz no será apagada. Y sé que no estoy sola en este camino, me han acompañado todas estas mujeres y sé que no estoy sola”, enfatizó.
Roso subrayó que “las mujeres son las que llevan la lucha” y enfrentan violaciones sistemáticas por parte del Estado, mientras alzan la voz en busca de la libertad de sus seres queridos.
Un reciente informe de organizaciones feministas, titulado “Violencia en Femenino, el Libro Violeta de la Represión en Venezuela”, analizó los hechos de violencia, represión, cierre del espacio cívico y persecución perpetrados contra mujeres venezolanas en el contexto postelectoral. Se analizó el impacto tanto en las mujeres detenidas como en sus familiares, y se concluyó que las madres, esposas y hermanas que quedaron a cargo de la búsqueda de justicia y también del cuidado de otros familiares son criminalizadas y perseguidas por el Estado.
El estudio también destacó la vulnerabilidad de las mujeres que visitan a sus familiares detenidos, ya que son sometidas a desnudez forzada, requisas invasivas y extorsiones, además del impacto económico “devastador” con el que deben lidiar para buscar recursos y mantenerse. Asimismo, muchas de estas mujeres que tienen a sus familiares detenidos han tenido que abandonar sus trabajos para poder cumplir con las visitas y las entregas de alimentos cuando se lo solicitan.
“No me permiten visitas”
Sol Ocariz, hermana del defensor de los derechos humanos Edward Ocariz, expresó que ella dejó su vida a un lado en Anzoátegui para acompañar a su hermano. “Yo cerré la santamaría de mi casa y me vine hasta aquí para no dejar a mi hermano solo y no me arrepiento”.
Ocariz, quien ha sido una de las caras más visibles del Comité de Familiares para la Libertad de los Presos Políticos, denunció que no le permiten las visitas. Su hermano fue detenido en Coche y está recluido en Internado Judicial de Carabobo, más conocido como Tocuyito.
Sol manifestó que llegó el día de ayer, 25 de noviembre, a Valencia, estado Carabobo, a las 06:00 de la mañana y primero le dijeron que la visita sería a las 11:00, después le aseguraron que vería a su hermano a las 4:00 de la tarde.
“Cuando llegué a las 4:00 de la tarde, un custodio, que no me sé su nombre, me preguntó si yo era Sol Ocariz y le contesté que sí. Después de eso, me aseguró que mi hermano tenía suspendidas las visitas porque yo había salido en los medios de comunicación y a las personas que declaran en los medios le pasa eso”, indicó.
Pese a esta situación, durante el evento, Sol afirmó que esto no le impedirá seguir levantando su voz por los presos políticos y, aunque su hermano salga pronto, ella continuará la lucha “hasta que el último preso político salga”.
“Mi hermana es inocente”
Melanie Leal, hermana de la presa política Emirlendris Benítez, también se pronunció en el evento para afirmar que su hermana es inocente y que ha sido “torturada de todas las formas”.
Leal contó que su hermana fue detenida en el 2018 y es acusada de ser “pirata de carretera”, cuando ella, junto a su pareja, solo estaban trasladando a dos pasajeros desde Barquisimeto hacia Barinas.
Con lágrimas en los ojos, Melanie sostuvo que pasó un mes desaparecida y que cuando la vieron “no la reconocían”. “Mi hermana estaba temerosa y no la pudimos ni tocar porque estaba rodeada de funcionarios”.
Ahora, Emirlendris está detenida en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) en Los Teques, pero antes estuvo en Zona 7 de la Policía Nacional. Durante estos años, sus familiares han exigido su liberación. Su hermana detalló que fue golpeada en numerosas ocasiones y temen por su vida.
“A mi hermana le dieron 30 años de prisión siendo inocente y desde que está detenida ha manifestado diversos problemas de salud. Ahora tiene una hernia que no le permite caminar como ella lo hacía. Es inocente”, exclamó.
Durante el encuentro, se conversó sobre el protocolo de seguridad en casos de discriminación y violencia de la Universidad Central de Venezuela. Gabriela Ochoa, estudiante de Psicología, relató que la discusión para el protocolo inició hace un año con el objetivo de luchar en contra de las desigualdades y proporcionar información a todo el personal de la universidad.
Una vela por las que no están
En el marco del 25 de noviembre, movimientos feministas y organizaciones de la sociedad civil se han movilizado de diferentes formas. El lunes, Uquira junto a Somos Equalia, Colectiva Negra y TransAfab se congregaron en la Plaza Francia, de Altamira, y encendieron una vela por todas “aquellas que no están”. Recordaron a cada una de las mujeres víctimas de femicidios.
En el lugar, exigieron que estas muertes no queden impunes y que los derechos fundamentales de las mujeres sean respetados. Uquira resaltó que “nuestro manifiesto corporal es denunciar, cuidarnos y no olvidar todos estos años de violencia”.
Según datos de Utopix, hasta septiembre de 2024, en Venezuela han ocurrido 142 femicidios. La violencia machista no cesa en el país y el monitor indicó un aumento en los casos de femicidios frustrados, con un total de 14.
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