Ridículo mayúsculo del Girona en Copa frente al Logroñés en un encuentro con prórroga y penaltis y con un contexto surrealista desde la primera parte del tiempo extra. Los riojanos, con uno hombre menos y un jugador de campo ejerciendo de portero, ganaron a un equipo de Champions.
El nuevo Las Gaunas presentó una entrada cercana a los 6.000 aficionados, lejos de los 16.000 de aforo que permite el espacio. A pesar de ser una final para Míchel y sus jugadores, tal y como el técnico vallecano dijo en la rueda de prensa previa al partido, los gerundenses no mostraron una superioridad muy clara frente al equipo de Segunda Federación. El primer tiempo estuvo marcado por más posesión visitante, aunque el peligro se repartió a partes iguales. Dejando de lado el disparo a la madera que tuvo Stuani a los 24 minutos, los ‘blanc-i-vermells’ mostraron poco peligro sobre un verde que no mostró sus mejores condiciones, pero que para nada debió convertirse en una excusa.
Del otro lado, Verdú sacó un trallazo cruzado que por poco acaba estrenando el luminoso a favor de los locales. Pau López, que se estrenó con la elástica ‘gironina’, evitó el tanto del contrario con la yema de los dedos a la media hora de cita. La acción fue suficiente para que el Logroñés fuera cogiendo confianza y tomando más protagonismo.
El Logroñés fue adelantando líneas y sintiéndose más cómodo con el paso de los minutos, incluso con contraataques que comprometieron a los de Míchel. Además, con la entrada del segundo tiempo, se animaron a salir jugando, con calma y buen juego.
Pasada la hora de juego, el contexto empezó a otorgar más confianza a unos y más dudas a otros, aunque el cansancio empezó a aparecer descaradamente en un encuentro que empezó a coger tono de prórroga.
¡A por ellos, oé!, cantó la afición blanquirroja al ver que Abel Ruiz falló la otra acción clara que tuvieron los catalanes. Con el valenciano cayendo junto a un defensor, los riojanos empezaron a creer, aun sufriendo el duro desgaste físico. Se sumaron cinco de añadido y, a pesar de la doble ocasión en el último saque de esquina para los visitantes, el partido se fue al tiempo extra.
El primer susto para los ‘gironins’ no tardó en llegar tras una nueva madera en un disparo de Madrado. El ‘runrún’ se volvió una constante, dejando más acciones de peligro para los locales. Las Gaunas empezó a cantar ‘olé, olé’.
Antes de llegar al segundo descanso se vivieron los momentos más angustiosos. El empujón de Yasin a Stuani terminó con el uruguayo chocando con el guardameta Royo, dando lugar a las asistencias. El Logroñés se quedó con uno menos al no tener sustituciones y con un jugador de campo, Pol Arnau (hijo del malogrado guardameta del Barça en la década de los 2.000), convirtiéndose en el nuevo portero.
Poco se pudo contar, la tónica no cambió en exceso, pues los catalanes no mostraron ni superioridad a pesar de las circunstancias. Pasó el tiempo hasta llegar a los penaltis y ahí fue donde los locales salieron victoriosos, dejando por el camino a un Girona que en ningún caso mereció ganar.
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